Desazón en gran parte de la comunidad por la incautación de animales

Para lo que la justicia es un fino procedimiento de decomiso para gran parte de la comunidad es un arrebato de la posibilidad de apreciar la fauna silvestre.
Profundo estupor causó en gran parte de la población, el retiro de animales silvestres que se encontraban en dos lugares de nuestra ciudad, los cuales no presentaban signos de maltrato ni de malos cuidados.
En uno de los lugares donde se realizó el procedimiento, inmediaciones de Dr. Roig y Johannas, los animales estaban en un espacio amplio de media manzana, donde muchas familias se acercaban con sus hijos para apreciar estas especies. Consta además, por los vecinos y por cualquiera que se acercaba para verlos, que su buen estado no sería tal, si no habría una persona que les brinde los cuidados necesarios.
En el otro lugar, dónde el brazo de la justicia, abigeato, se llevó animales, fue en la zona de chacras, en cercanías del hospital local, donde allí vive un reconocido vecino, del que todo el que lo conoce, sabe que toda su vida estuvo marcada por un aprecio hacia la naturaleza.
Quizás, muchos podrían pensar que al estar estás especies condicionados a un recintos estarían en cautiverio, pero si el estado de los mismos no denotan sufrimiento por estrés o descuido en su alimentación lejos estaríamos de pensar en tal sentido.
El cuidado que le brindaban estás dos familias, solo habla de aquellos que tratan a los animales como si fueran su propia familia.
La situación de estos animales, lejos está de la lastimosa vida de las gallinas ponedoras de granjas industriales que, a un siendo animales domésticos, están confinadas a una jaula donde durante toda su vida ni siquiera podran pararse.
¿Ahí? no hay acinamiento, cautiverio, desnaturalización de las especies. ¿O las gallinas tienen dos patas de adorno?.
Esto, por citar algun ejemplo, es una de las tantas actividades, SI permitidas, que los hombres desarrollan en pos de alimentar una población mundial creciente, donde la desigualdad social origina una mayor cantidad de personas que no pueden acceder a los alimentos.
Abordando lo sucedido, desde otro punto de vista, podríamos decir que todos los que disfrutaban de ver estos animales, serían en cierto modo cómplices por no denunciar la presencia de animales en cautiverio. 
Confiando en quienes pueden tomar cartas en el asunto, sea más que una expresión de deseo, el hecho de que estas bonitas especies puedan ser restituidas a quienes las adoptaron con tanto cariño como su propia familia.