Anécdotas de Malvinas, con Alberto Correa.

Nacido en Gilbert, a la edad de 2 años se mudó a Urdinarrain, y a los 10 se fue con su familia rumbo a Buenos Aires, al barrio de Florencio Varela. Clase 62', hizo el Servicio Militar Obligatorio en Palermo, y fue dado de baja el 5 de marzo de 1982, casi un mes antes de que las Fuerzas Armadas tomen las islas.


''Yo había vuelto a mi vida civil, tenía mi libreta (DNI) firmada. Me enteré el 2 de abril, igual que todos, que las FFAA habían tomado las Malvinas'', comenzó a relatar Correa, y continuó: ''Escuché por radio que la clase 62, que había sido dada de baja, debía presentarse en sus respectivas unidades. El 4 de abril me presenté y ya me incorporaron, me mandaron a equipar el armamento y la ropa''.


Cuenta Correa que viajó en un Boeing 707 hasta Río Gallegos, y que ahí estuvieron tres días, partiendo hacia las islas el 7 de abril. La gente, cuenta, los saludaba, les deseaba suerte, les mandaba regalos, el conflicto ya se veía venir. ''Ahí en la Isla nos enteramos que las tropas inglesas ya habían partido hacia acá, era cuestión de esperar

que llegaran. Tardaron una semana, primero tomaron las Georgia, donde había un comando de 150 argentinos, que dieron batalla pero luego debieron rendirse'', relató sobre el comienzo del conflicto.


Sobre cómo era el ambiente en los momentos de tensión, recordó cómo atacaban los ingleses por la noche, tirando bengalas y luego bombardeando, los soldados argentinos escondiendose en las trincheras y cuando cesaba el fuego enemigo, saliendo a disparar. ''Los teníamos a 300 metros. En las batallas nocturnas disparabamos desde las trincheras, apenas veíamos las siluetas de los ingleses''.


''Los ingleses no respetan nada'', aseguró con remordimiento, y recordó el hundimiento del General Belgrano provocado fuera del área de exclusión. ''Nos disparaban a los buques hospital, que estaban pintados con cruces rojas. Y usaron un buque pintado con una cruz roja para engañarnos, Argentina los dejó llegar a la costa y de ahí empezaron a bajar marines'', agregó, lamentando el lado humano y respetuoso del ejército argentino en ese momento.


Sobre los últimos días de guerra, rememoró lo mal que la pasaron: ''El 11, 12 y 13 fueron terribles, no comíamos, no tomábamos agua, eran tiros todo el tiempo, a la noche

se iluminaba el cielo por las bombas''. Aseguró que los ingleses estuvieron próximos a rendirse, porque habían planificado mal y se estaban quedando sin proyectiles ni comida: ''Esos últimos días ellos recibieron la orden de arrasar con todo, estaban pasando hambre igual que nosotros, se habían quedado sin comida'', relató.


''El día 14 la isla era un silencio, y ahí nos comunicaron que se había terminado y que Argentina se había rendido. Cuando salimos de la trinchera vimos, en la casa del gobernador, donde había una bandera argentina, una bandera inglesa de 5 metros'', recordó, sobre el día de la rendición, y agregó: ''Ese 14 fue muy feo, inolvidable, los ingleses nos llevaban en fila apuntándonos en la nuca''.


Sobre los mitos y verdades que se divulgaron post-conflicto, Correa desmintió el hecho de que hayan sido llevados a combatir sin saber manejar armas: ''Eramos pibes, sí, pero estábamos bien preparados'', afirmó, recordando que pasó por dos instancias de instrucción: primero para el SMO, y una más, posteriormente, que luego entendió cuál era el motivo. Lo que sí afirmó, es que pasaron hambre, y no por falta de recursos, recordó haber visto los galpones del puerto llenos de mercaderías que mandaban sus familias y donaciones de empresas; y que al terminar la guerra, encontraron paquetes de galletitas y cajas de leche tirados.


El diálogo de Darío Eckerdt con Correa no concluyó, y quedó pactada una cita para el próximo Martes, donde se brindarán más detalles del conflicto y otras curiosidades.