El martes por la mañana había sido la cita pactada una semana antes, para que el veterano de guerra Alberto Correa brindara una nueva entrevista con Darío Eckerdt, para contar anécdotas y curiosidades que no llegó a relatar en el primer encuentro.


El puntapié inicial lo dio la fecha misma, 30 de abril: aquella noche pero de 1982, madrugada del 1 de mayo, había sido el ''bautismo aéreo'', nombre que recibió el comienzo de los ataques por vía aérea de las fuerzas inglesas, y Correa fue testigo del mismo. Esa noche le tocó hacer guardia y, a media hora de estar en posición, le avisaron que a las 3 de la madrugada se precipitarían los primeros ataques aéreos. ''El primer avión que apareció pasó en frente de mi nariz, levantó vuelo y desprendió una bomba de 500kg'' contó Correa, detallando que el objetivo de esos ataques ingleses era dañar la pista del aeropuerto argentino. ''Por suerte le erró a la pista, porque la perforación que provoca esa bomba es de 15 metros de diámetro y 10 de profundidad'', aseguró.


Esa noche fue una de las más frías y oscuras, y solo se iluminaba el paisaje por las bombas y los aviones. ''Esa mañana fue un descontrol'', siguió Correa, ''a cada rato volvía la alerta roja por los ataques de aviones, (...) Argentina en total abatió cuatro ese día'', agregó, destacando la buena preparación de los soldados argentinos para estas ocasiones, y afirmó que a partir de entonces, las fuerzas aéreas británicas debieron volar a más de 10.000 metros de altura para no ser detectadas por los radares y los misiles anti-aéreos argentinos.


Una curiosidad que contó Correa es que, en ocasiones, los ataques aéreos generaban confusiones entre fuerzas propias y ajenas, y tanto las tropas argentinas como británicas tuvieron situaciones en las que intentaron abatir, erróneamente, aviones y/o helicópteros propios.

Tal fue el caso de un avión Mirage argentino, que se precipataba sobre las posiciones nacionales y cerca de llegar desprendió una bomba. Ante la inminente amenaza de que fuese un avión tomado por las fuerzas inglesas, dieron la orden de abrir fuego, pero a los 10 segundos la detuvieron y el piloto se eyectó, dejando el avión con dos bombas a la deriva. Se trataba de un piloto argentino que venía mal herido, luego de una misión aérea, y se estaba quedando sin combustible, la bomba que desprendió fue parte de un método para alivianar la aeronave y llegar a destino. Por suerte el avión que quedó a la deriva tomó rumbo hacia el océano y estalló ahí, según contó Correa.


''Cuando cayó en el paracaídas se lo llevaron inmediatamente al hospital, y de ahí en más no supimos nada de él'', contó Correa sobre el piloto, al que no sabían si lo habían herido los ingleses o si las heridas fueron producto del fugaz ataque de sus propios compañeros. Pero 35 años después, un piloto de apellido Isaac, fue invitado a dar una charla en la ciudad de Urdinarrain. Correa fue invitado, y luego de que el piloto contara sus hazañas en el ataque al buque Queen Elizabeth, Correa le contó sobre aquel hecho del piloto y le preguntó si tenía idea sobre qué había pasado con él. Para el alivio de nuestro veterano, aquel piloto había sobrevivido luego de cuatro operaciones, estaba viviendo en el sur y tenía 74 años.


Por último, siguiendo la línea temporal, Correa rememoró el 2 de mayo de aquel 1982, día del hundimiento del Buque Gral. Belgrano. Aquel suceso provocó la mitad de las bajas totales de Argentina en la guerra, y los relatos que cuentan los sobrevivientes son estremecedores. ''Los botes salvavidas no daban abasto, eran para 21 personas pero iban de a 25 o más'', relató Correa, haciendo eco de los testimonios de sus compañeros, y agregó: ''Eran momentos de decisión muy fuertes, por ahí tenían que empujar a uno que quería subir porque sabían que si subía uno más al bote se ahogaban los 30''. Sobre aquel hecho, volvió a la memoria tanto de Alberto como del periodista Eckerdt, el relato de la ''traición'' chilena, la cual Correa admite como cierta. ''Se cree que al Belgrano lo hundieron gracias a la información brindada por Chile'', afirmó.


Habiendo tantas anécdotas más que contar durante el transcurso de los hechos, quedó abierta la posibilidad para un nuevo encuentro de Correa en Radio Factory, que probablemente se dé la semana próxima.